Y entre los rayos del sol, entre nubes de paseo, almas corretean en un lugar secreto.
Ande yo, divertida y lozana, sonriendole a la vida por ser cada día,
mi hermosa compañía.
Muestran los colores del presente una sonrisa de color a miel, y el mañana en su espera, postrado en su lienzo blanco, para que le den color a las travesuras vividas aún ilusorias.
Humedad respirable, movimiento tranquilo pues a cada paso recuerdo que no hay que olvidar lo vivido.
Gotas vaporosas asoman y ni el agua más fría podría quitar el suspiro cada día.
Alas sueltas y empapadas, libertad intencionada y encontrada, espejos reflejando los momentos, vuelo sin descanso.
Profunda mirada dónde me pierdo pero allí encuentro el lugar deseado pues es el reflejo de mi estado.
Estado acalorado, surfea en las llanuras de las más espesuras tierras encantadas.
Hadas y duendes en lugares escondidos dónde sólo el alma ligera, tumbada en la hierba, fluye sintiendo el placer del roce de ella, la madre tierra, que en lo abstracto del lugar sigue siendo terrenal, pues los pies siguen fijos en un cielo y las alas no dejan de aletear.
